Ser sumisa y azotada es el destino de una mujer. Toda perra quiere ser castigada y ahuecada. Y si el amo lo desea, será follada no sólo por sus amigos, sino también por máquinas con pollas. Al mismo tiempo, la doncella se vuelve cada vez más lujuriosa y disponible. La lujuria es ahora su razón de ser.
Esa latina tiene un buen culo. Pero no puede tragar. Cerró la boca como una chica cabreada. ¡Debería haberme corrido en su ojo!